Mucha gente cuando empieza a decir lo de “tanto monta, monta tanto”, añade a continuación la coletilla de "…Isabel como Fernando”. Algo así como decir… "Por el consiguiente contrato, boda de conveniencia, por el que juntamos las dos Coronas, la de Castilla y la de Aragón, tanto vale la reina como el rey".
Aunque, si bien puede considerarse lo anterior como relativamente cierto, también lo es que el origen de la expresión fue muy distinto. No hay más que observar las flechas y el yugo al pie del escudo de los reyes.
El yugo era el símbolo de Fernando.
Las flechas el de Isabel.
Cuando tuvo lugar el enlace, intercambiaron sus símbolos. De tal manera que la reina se quedó con el yugo del rey de Aragón y éste recibió a cambio las flechas de Isabel, con lo que los respectivos símbolos tenían ahora la inicial de sus nuevos dueños, la “F” de las flechas y de Fernando; la “Y” del yugo y de Ysabel, según la grafía antigua.
El asunto se complica con esa cuerda que aparece alrededor del yugo.
Fernando era un gran admirador de Alejandro Magno. En tiempos del emperador de Macedonia había una leyenda de la actual Anatolia, según la cual sólo sería conquistador de Persia quien resolviera una cuestión que requería de habilidad e inteligencia.
Había un campesino llamado Gordias que tenía unos bueyes atados al yugo con un nudo muy difícil de desatar. El famoso “nudo gordiano”. Quien lo lograra sería el rey de la tierra de los persas.
Alejandro no se lo pensó dos veces. Se acercó al nudo y con su espada le pegó un tajo y lo partió, diciendo aquello de “Tanto monta desatarlo como cortarlo”.
Yugo y nudo gordiano cortado en la Aljafería de Zaragoza
De ahí la frase acuñada por Fernando y llevada posteriormente al escudo de los reyes. Algo así como que los medios utilizados para conseguir un fin siempre son adecuados porque lo que importa es lograr el objetivo.
“El fin justifica los medios”, que diría Maquiavelo.
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