jueves, 15 de enero de 2015

Biografía de Isabel la Católica.

(También llamada Isabel I de Castilla; Madrigal de las Altas Torres, España, 1451 - Medina del Campo, id., 1504) Reina de Castilla y León (1474-1504) y de la Corona de Aragón (1479-1504). Hija de Juan II de Castilla y de Isabel de Portugal, Isabel la Católica tenía sólo tres años cuando su hermano Enrique IV ciñó la corona castellana (1454).
En 1468, el monarca, hombre de carácter débil e indeciso, reconoció a la princesa Isabel como heredera al trono en el pacto de los Toros de Guisando, con lo cual privó de sus derechos sucesorios a su propia hija, la princesa Juana, llamada la Beltraneja, a quien la maledicencia suponía hija de Enrique Beltrán de la Cueva, duque de Alburquerque.

 Isabel la Católica (Retrato de Juan de Flandes)
Con el objetivo de consolidar su posición política, los consejeros de Isabel la Católica acordaron su boda con el príncipe Fernando, primogénito de Juan II de Aragón, enlace que se celebró en secreto, en Valladolid, el 19 de octubre de 1469. Al año siguiente, molesto por este matrimonio, Enrique IV decidió desheredar a Isabel y rehabilitar en su condición de heredera a Juana, que fue desposada con Alfonso V de Portugal.
La consecuencia fue que, a la muerte del rey, en 1474, un sector de la nobleza proclamó a Isabel soberana de Castilla, mientras que otra facción nobiliaria reconocía a Juana (1475), lo cual significó el inicio de una sangrienta guerra civil.
A pesar de la ayuda del monarca portugués a la Beltraneja, el conflicto sucesorio se decantó a favor de Isabel en 1476, a raíz de la grave derrota infligida a los partidarios de aquélla por el príncipe Fernando de Aragón en la batalla de Toro.
Los combates, sin embargo, se sucedieron en la frontera castellanoportuguesa hasta 1479, en que el tratado de Alcaçobas supuso el definitivo reconocimiento de Isabel como reina de Castilla por parte de Portugal, además de delimitar el área de expansión castellana en la costa atlántica de África. Aquel mismo año, por otra parte, el óbito de Juan II posibilitó el acceso de Fernando II al trono de la Confederación catalanoaragonesa, y la consiguiente unión dinástica de Castilla y la Corona de Aragón.
El testamento de Isabel la Católica (Eduardo Rosales)
Para consolidar y prestigiar la monarquía, la reina implantó la Santa Hermandad, institución encargada de garantizar la estabilidad del orden público y la administración de justicia (1476), abolió las prerrogativas otorgadas a la nobleza por Enrique IV (1480) y convirtió el Consejo Real en el principal órgano de gobierno del reino, en detrimento de las Cortes.
En el aspecto económico, Isabel la Católica saneó la hacienda pública merced a un estricto sistema fiscal e incentivó el desarrollo de la ganadería ovina y del comercio lanero. Además, supo canalizar la tradición militar y expansiva de Castilla hacia la conquista del reino nazarí de Granada, último bastión islámico en la Península (1492), y la guerra contra los musulmanes norteafricanos, a los que arrebató Melilla (1497). Con todo, el mayor logro de la política exterior isabelina fue, sin duda, la financiación de la expedición que culminaría con el descubrimiento de América por Cristóbal Colón (1492).
En materia religiosa, por último, Isabel la Católica llevó a cabo una profunda reforma eclesiástica con la ayuda del cardenal Cisneros, creó el tribunal de la Inquisión para velar por la ortodoxia católica (1478) y culminó el proceso de unificación religiosa con la expulsión de los judíos (1492) y los mudéjares (1502). A su muerte, acaecida el 26 de noviembre de 1504, el trono castellano pasó a su hija Juana, llamada la Loca, madre del futuro monarca Carlos I de España.

Biografía de Fernando el Católico.

(Fernando II de Aragón, llamado el Católico; Sos, Zaragoza, 1452 - Madrigalejo, Cáceres, 1516) Rey de Castilla (1474-1504) junto con su esposa Isabel I, de Aragón (1479-1516), de Sicilia (1468-1516) y de Nápoles (1504-1516). Era hijo de Juan II de Aragón y de su segunda esposa Juana Enríquez, hija del almirante de Castilla. A la muerte de su hermanastro, Carlos de Viana (1461), pasó a ser el heredero de la corona aragonesa. En 1462 fue nombrado lugarteniente general de Cataluña y, en 1468, rey de Sicilia. Durante la guerra civil catalana (1462-1472), en la que tomó parte activa, se familiarizó con los negocios de Estado a instancias de su padre.


 Fernando el Católico


Al morir el infante Alfonso de Castilla (1468) y ser reconocida la infanta Isabel, hermana de Enrique IV, como heredera de Castilla, Juan II puso toda la habilidad posible para conseguir el matrimonio de Fernando con la princesa castellana, que se produjo en octubre de 1469. Cuando murió Enrique IV de Castilla (1474), Isabel fue proclamada reina por sus seguidores, menospreciando los posibles derechos de la infanta Juana la Beltraneja, que era apoyada por Portugal. Fernando, tras arduas discusiones con la recelosa nobleza castellana, consiguió ser reconocido rey con los mismos derechos que Isabel I de Castilla, que también sería llamada la Católica.
La guerra civil castellana fue prioritaria en las intenciones de Fernando, que contribuyó de una manera definitiva, sobre todo con la victoria de Paleagonzalo (1476), al éxito de la causa isabelina. En 1479 fallecía Juan II, y Fernando heredaba el trono de Aragón. De este modo se realizaba la unión dinástica de Castilla y Aragón, base de la unidad hispánica. La unión era puramente personal: Castilla y Aragón tendrían unos mismos soberanos y una misma política exterior, pero conservarían sus leyes e instituciones propias. Sin embargo, aun asumiendo históricamente la propia personalidad y el marco jurisdiccional de los reinos que la componían, se activaba una tendencia política que, por la vía del absolutismo, terminaría por desembocar en la unidad administrativa impuesta por los Borbón a partir de 1700.
En los años siguientes, Isabel y Fernando se dedicaron a afianzar su autoridad sobre sus reinos: de este modo en Castilla se institucionalizó la figura del corregidor (1480), se creó la Inquisición (1481), se sancionó a los nobles rebeldes y se reorganizó la hacienda real. Fernando puso fin en sus Estados al problema de losremensas catalanes mediante la abolición de los malos usos y la consolidación de los contratos de enfiteusis (sentencia arbitral de Guadalupe, 1486).
Lograda la paz interior, dedicó sus esfuerzos a completar la Reconquista, con la mirada puesta en la unificación política de todos los reinos bajo la dirección de Castilla. En este empeño emprendió una larga guerra contra el reino nazarí de Granada (1481-1492), que acabó con su integración a la corona castellana. Logró la unidad religiosa del reino con la expulsión de los judíos (1492) y la conversión forzosa de los moriscos (1503). Abrió unas insospechables puertas con el descubrimiento de América (1492). Libró el Rosellón de la influencia francesa e intervino en las guerras de Italia, que dieron como resultado la conquista del reino de Nápoles (1503).

Línea del Tiempo de los Reyes Católicos.


miércoles, 14 de enero de 2015

El eslogan de los Reyes Católicos: Tanto Monta, monta tanto...


Mucha gente cuando empieza a decir lo de “tanto monta, monta tanto”, añade a continuación la coletilla de "…Isabel como Fernando”. Algo así como decir… "Por el consiguiente contrato, boda de conveniencia, por el que juntamos las dos Coronas, la de Castilla y la de Aragón, tanto vale la reina como el rey". 
Aunque, si bien puede considerarse lo anterior como relativamente cierto, también lo es que el origen de la expresión fue muy distinto. No hay más que observar las flechas y el yugo al pie del escudo de los reyes. 

El yugo era el símbolo de Fernando
Las flechas el de Isabel. 
Cuando tuvo lugar el enlace, intercambiaron sus símbolos. De tal manera que la reina se quedó con el yugo del rey de Aragón y éste recibió a cambio las flechas de Isabel, con lo que los respectivos símbolos tenían ahora la inicial de sus nuevos dueños, la “F” de las flechas y de Fernando; la “Y” del yugo y de Ysabel, según la grafía antigua. 

El asunto se complica con esa cuerda que aparece alrededor del yugo. 
Fernando era un gran admirador de Alejandro Magno. En tiempos del emperador de Macedonia había una leyenda de la actual Anatolia, según la cual sólo sería conquistador de Persia quien resolviera una cuestión que requería de habilidad e inteligencia. 
Había un campesino llamado Gordias que tenía unos bueyes atados al yugo con un nudo muy difícil de desatar. El famoso “nudo gordiano”. Quien lo lograra sería el rey de la tierra de los persas. 
Alejandro no se lo pensó dos veces. Se acercó al nudo y con su espada le pegó un tajo y lo partió, diciendo aquello de “Tanto monta desatarlo como cortarlo”. 

Yugo y nudo gordiano cortado en la Aljafería de Zaragoza

De ahí la frase acuñada por Fernando y llevada posteriormente al escudo de los reyes. Algo así como que los medios utilizados para conseguir un fin siempre son adecuados porque lo que importa es lograr el objetivo. 
“El fin justifica los medios”, que diría Maquiavelo.

La conquista del reino Nazarí de Granada y la incorporación del reino de Navarra

Los restos de Isabel y Fernando que reposan en la capilla real de la catedral de Granada, son símbolo y testimonio de la capital importancia que tuvo la guerra y la conquista de Granada en el reinado de los Reyes Católicos. Son múltiples los aspectos que nos muestran la importancia de esta guerra para el reinado de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón.
Reinos antes de la unificación de España. 

En lo que se refiere al reino de Castilla, la conquista de Granada ratificó la victoria de Isabel y Fernando en el conflicto de sucesión y aseguró su posición frente a la nobleza, a la que consiguieron hacer participar de forma masiva en la guerra. La guerra de Granada fue clave para desarrollar el sistema fiscal y la capacidad militar castellana y significó un momento clave en la forja del estado castellano moderno.
Por otro lado, la guerra de Granada fue una contienda en la que participaron, militar y financieramente, aunque de manera desigual, castellanos y aragoneses, constituyendo la primera gran empresa común de la nueva monarquía.
En la política internacional, la conquista del último reducto político de Al-Andalus significó asegurar el flanco mediterráneo de la Monarquía ante el empuje turco que en 1480 había atacado Otranto, en el sur de Italia; asimismo, la toma de Granada dejó a los Reyes Católicos las manos libres para encarar con fuerza los otros frentes de su política exterior, especialmente su rivalidad con Francia en el Rosellón, Italia y Navarra.
Finalmente, la guerra y la conquista de Granada —hábilmente explotada por los propagandistas de la corona— sirvió para reforzar el prestigio de los nuevos monarcas. Así, en 1486, en pleno desarrollo de las operaciones militares, Rodrigo Ponce de León, marqués de Cádiz, hacía pública una profecía anónima que aseveraba que Fernando conquistaría no sólo Granada, sino también Africa hasta Etiopía, Jerusalén, Roma, las tierras de los turcos... hasta constituir un imperio universal.
La guerra, iniciada en 1482, estuvo marcada por el poderío militar cristiano y por las desavenencias internas en el reino musulmán.  Tuvo sus principales momentos en las conquistas de Ronda (1485) y Málaga (1486). El sitio final de la ciudad de Granada, de abril de 1491 a enero de 1492,  culminó con la rendición final de Boabdil, el último monarca del último reino musulmán de la península ibérica.
El reino de Navarra habia oscilado durante la Baja Edad Media entre la influencia francesa, la más predominante, y las ambiciones de las coronas aragonesa y castellana. A partir de 1451, la guerra civil entre dos facciones nobiliares: los agramonteses y los beaumonteses o beamonteses agravó la debilidad de un reino que había sido duramente golpeado por la crisis económica y las epidemias.
Fernando de Aragón, el Rey Católico, intensificó sus injerencias en Navarra apoyándose en el bando beamontés pese a que este bando había sido derrotado en la guerra civil navarra. Los agramonteses buscaron el apoyo de Francia y esto fue considerado por Fernando el Católico con un acto hostil.
La  invasión tuvo lugar en 1512. Pese a la resistencia de la facción navarra aliada a Francia, la anexión se consolidó. En 1513, las Cortes de Navarra, convocadas en Pamplona, sólo con la asistencia de beamonteses, nombraron a Fernando el Católico rey de Navarra. El 7 de julio de 1515 las Cortes de Castilla en Burgos anexionaron el Reino de Navarra al de Castilla. El nuevo rey se comprometió a respetar los fueros del reino y así fue durante siglos: a pesar de su anexión a la corona de Castilla, Navarra conservó su propio ordenamiento jurídico, sus instituciones y su autonomía.

                                     

La conquista de América.

Los Reyes Católicos son dos personajes que han marcado un antes y un después en la historia de España.Bajo su reinado, también se produjo uno de los descubrimientos más importantes de la historia, el descubrimiento de América, hecho que concedió a las coronas de Castilla y Aragón su máximo esplendor, echando raíces en el nuevo continente y propagando la palabra de Dios a los habitantes de América.
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El reinado de Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla, (popularmente conocidos como los Reyes Católicosse caracterizó por el control de la pureza de la fe. Fue así como los musulmanes que habitaban en España se encontraron obligados a convertirse o abandonar el país, al igual que los judíos entre otras religiones, hecho que provocó una profunda crisis. Estos hechos, sumados al Patronato concedido porInocencio VIII a los reyes para el control del Estado en los temas religiosos, instauró una nación sostenida por la fe, la religión y la patria.
En 1486 Cristóbal Colón ofrecería un proyecto  a los Reyes Católicos para crear una nueva ruta hacia las Indias por el océano Atlántico. En aquel momento, como era prioridad la conquista de Granada, el proyecto fue duramente cuestionado.
Tras alcanzar el objetivo impuesto por la corona, se decidió llevar a delante el proyecto, con fin de crear una ruta propia para el transporte comercial, sin tener que depender de Génova Portugal, partiendo laSanta María y las dos carabelas (la Pinta y la Niña).
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Fue así como el 12 de Octubre las embarcaciones llegan a tierra firme, no justamente al destino deseado, sino topándose con un continente nuevo, dando comienzo a la colonización de las Indias. En estas nuevas tierras, se comenzaron a instaurar bajo el mando de los reyes las bases y estructuras administrativas tradicionales del reinado castellano.
Gracias al Patronato concedido por el Papa, los reyes consiguieron controlar la implantación y difusión de la Iglesia Católica en América, instaurando la dura y polémica tarea de evangelización a los habitantes del lugar.
Hoy en día América se encuentra compuesta por los legados de estos reyes que aplicaron la política de la Iglesia en el nuevo continente. No sólo cambió por completo la cultura que anteriormente subsistía en aquel lugar, sino también la gran cantidad de legados arquitectónicos, estructuras, política y ciudades que hoy conforman el continente Americano.
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